Luz Adriana Giraldo Gómez
Psicóloga – Inspiradora de vida
Cuando El Estrés Se Convierte En Un Desafío: El Caso De María
María es una ingeniera de 30 años de edad, hace aproximadamente 1 año trabaja en una reconocida empresa realizando las labores típicas: informes, programaciones, reuniones de trabajo y de creación, convenios, etc. Su madre y su hermana menor son su principal motivación, pues dice que de ellas ha recibido todo, por lo cual espera trabajar muy fuerte y lograr retribuirles lo que le han dado.
Cuando María llega a la consulta, dice sentirse muy estresada desde hace aproximadamente dos meses: “todo el tiempo estoy malgeniada, nadie me puede hablar porque exploto, no quiero hacer ejercicio, como mucho, principalmente comida chatarra, y no me concentro”. Mientras habla de su familia, derrama una que otra lágrima, pero, al hablar de su trabajo, la expresión cambia, su rostro es más amargo y aunque dice estar agradecida, también menciona que más de una vez ha pensado en irse, pero teme no conseguir un trabajo tan bueno como el que tiene ahora.
Ante sus síntomas, empezamos a desglosar un abanico de posibilidades en las que, por supuesto, caben la ansiedad y la depresión. No obstante, escogimos arrancar por el estrés, pues es lo que María refiere constantemente.
¿Qué Es El Estrés?
Le explico a María que el estrés es un estado natural y adaptativo que nos lleva a actuar y movernos, por ejemplo, dije, ¿recuerdas cuando tenías una presentación en el colegio y estudiabas mucho para poderla realizar bien?, ese es el estrés que te lleva a la acción, a no quedarte paralizada sino a buscar alternativas. Se conoce como euestrés.
Claro está, también existe el distrés, ese que nos limita y que hace que se nos olvide lo que íbamos a decir en la presentación del colegio, o que lloráramos cuando teníamos que hablar en público y nos quedábamos en blanco y congelados. Aparentemente, ese distrés estaba ganando cancha en la vida de María, hasta tal punto que su rutina consistía en levantarse, trabajar, llegar a dormir y repetir.
Las sesiones avanzaban y decidimos explorar a fondo su área laboral, encontramos que, hace dos meses, había llegado un nuevo jefe a su departamento y desde entonces su dinámica de trabajo había cambiado hasta tal punto que María se sentía desorientada e insuficiente en muchas de sus tareas aun cuando ya las había realizado. Esto la llevaba a aumentar su horario en la oficina y disminuir el tiempo para compartir con su familia, amigos y realizar sus actividades personales.
Decía que se desconocía muchas veces, pues de la persona alegre, activa y dispuesta, ya no encontraba mucho y, por el contrario, se veía como alguien mediocre y agotada que solo quería llegar a dormir.
Síndrome del trabajador quemado”, “Burnout” o “Agotamiento laboral
Encontramos entonces que quizás el estrés de María se relacionaba con el famoso “Síndrome del trabajador quemado”, “Burnout” o “Agotamiento laboral”, un tipo de distrés que lleva a una sensación de cansancio extremo tanto a nivel físico como mental en el entorno laboral. Esto suele suceder debido a alteraciones en la dinámica del trabajo, especialmente, el desbalance entre la vida personal y laboral, dando un peso mayor a las tareas del trabajo y olvidando los demás espacios de esparcimiento.
Lo reconocimos en María porque el tiempo que llevaba con los síntomas coincidía con el cambio de la dinámica laboral, se evidenciaba agotamiento a nivel físico, mental, emocional y social, la mayor parte del día e incluso, unas horas significativas de la noche, María las dedicaba a su trabajo; como consecuencia, la irritabilidad, la tristeza, desánimo y las dificultades de concentración.
Descubriendo la Vida en Plenitud: El Cierre de la Historia de María
María, antes de iniciar terapia, se ve a sí misma e identifica que no está bien. Cuando las jornadas se alargan y la presión se vuelve asfixiante, María se encuentra en una encrucijada. Sus lágrimas, silenciosas testigos de noches en vela, cuentan una historia de sacrificio y dedicación. Pero hay un límite, un punto donde el alma se resquebraja y el cuerpo se agota.
En el espejo, María se miraba a los ojos y se preguntaba “¿Cuánto más puede soportar? ¿Cuántas sonrisas forzadas, cuántos informes nocturnos, cuántas reuniones interminables?” El estrés, como un ladrón sigiloso, ha robado su vitalidad, dejando tras de sí un eco de agotamiento. Y tú, ¿Cuántas veces has sentido lo mismo?.
Es entonces, cuando María decide buscar ayuda. No es una rendición, sino un acto de valentía. No buscaba equilibrio ni armonía; buscaba respuestas, buscaba aliviar lo que sentía. En las sesiones psicológica, María no solo habló de sus miedos y heridas, sino también de sus sueños y anhelos. Ha ido descubriendo que no había una fórmula universal para la vida. Cada uno de nosotros tiene su propia forma de ver el mundo, como un caleidoscopio de emociones y experiencias.
En terapia psicológica, juntas, exploramos los rincones oscuros de su corazón y fuimos encendiendo luces de esperanza. María aprendió que no estaba sola en su lucha; otros también buscaban respuestas, también anhelaban vivir plenamente.
Hoy, María sigue en terapia. Hablar SIN VERGÜENZA de lo que siente, de lo que vive, de lo que hace, le ha dado alas para volar. En cada palabra compartida, en cada abrazo sincero, encontró un pedazo de su alma. Así, María sigue su camino. No hacia el equilibrio perfecto, sino hacia la autenticidad. Su existir se teje con hilos de risas y lágrimas, de momentos oscuros y amaneceres dorados.
¿Cómo Manejar el Estrés?: Empieza Por Ti
¿Qué hacer para evitar llegar hasta el punto de agotamiento laboral de María? Recuerda que somos seres integrales, por lo cual, todo lo que haces y lo que pasa en tu vida, repercute y afecta o beneficia tu salud mental. Es por esto, que te recomiendo algunas ideas que puedes hacer de manera personal o laboral desde cada dimensión:
Dimensión Física: En tu trabajo, recuerda realizar pausas activas variadas: movimientos articulares, estiramientos, pero también espacios para reír, descanso visual, adivinanzas, etc. Una buena idea, ya a forma personal, es moverte, no solo desde un gimnasio, sino también en un deporte, un arte, una caminata, etc.
Dimensión Espiritual: Ten claro tus innegociables, esto permitirá que, sin importar si estas en horario laboral o de esparcimiento, busques relaciones sanas y pongas límites de forma asertiva. Orar, meditar o simplemente tener unos minutos en silencio, te ayudarán a ordenar tus ideas y priorizar aquello que necesites hacer.
Dimensión Social: Identifica tu red de apoyo, tanto en el trabajo como en tu vida cotidiana, piensa a quién podrías acudir en caso de necesitarlo y ten claridad frente a los roles y funciones que cumplen tú y tus compañeros en el ambiente laboral.
Dimensión Económica: Prioriza tareas, diferencia lo urgente de lo importante, delega si puedes y pon límites asertivos cuando sientas que están abusando de ti. Gestiona tu tiempo para que puedas realizar otras actividades además de trabajar.
Dimensión Mental/emocional: Expresa tus emociones, busca compañía en tu red de apoyo (tanto dentro como fuera del trabajo), si es necesario, busca ayuda, pero, ante todo, HABLA SIN VERGÜENZA de lo que estás sintiendo, viviendo y haciendo.
Estamos Para Ayudarte
Si lo que sientes, lo que vives, crees que puede ser un agotamiento laboral, un alto nivel de estrés y este afecta tu vida, te roba la alegría, te quita el sueño, afecta tu compartir con los que amas, te invitamos a que inviertas en tu salud mental/integral y, SIN VERGUENZA, inicies tu proceso con uno de nuestros psicólogos e inicies tu camino hacia la recuperación del equilibrio y la búsqueda de tu plenitud.
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